jueves, 13 de mayo de 2010

Trabajo de observación




Presentación del Grupo

Somos Fiorella Conto, Biviana Chauchi, Maricielo Benavides y Franklin Sánchez; cuatro estudiantes de comunicaciones de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, que, a raíz de un trabajo señalado en el curso de Antropología Social, han quedado interesados con un fenómeno común en muchas partes del mundo: la devoción de un pueblo hacia una figura religiosa. En este caso nos concentraremos en la devoción hacia el “Señor del triunfo” por parte de los pobladores de dos pequeños pueblos pertenecientes a la provincia de Cañete: Apotara y Zuñiga. Para entender este fenómeno hemos realizado una primera visita a la capilla que los pobladores construyeron como muestra de su fé y devoción al Señor del triunfo.



Antecedentes
Era aproximadamente 1950 y los pobladores de Apotara y Zúñiga se encontraban frustrados y mortificados por que sus cosechas eran arruinadas por los violentos, repentinos y concurrentes huaycos, que atravesaban sus campos de cultivo. Ellos decidieron hacer una junta en donde se acordó ofrecerle algo a Dios a cambio de que él detenga los huaycos. De este modo nació la idea de crear la capilla del "Señor del Triunfo". Un lugar sagrado en donde los pobladores puedan sentir que sus plegarias son escuchadas.

Funcionó. Desde la construcción de la pequeña capilla celeste que decora y destaca ante el fondo tierra; los huaycos han sido mínimos y serenos. La capilla fue construida en el mismo lugar en donde estos concurrían.


Estrategia de observación

En este caso, elegiremos como problema o pregunta de investigación el “porqué es tan ferviente la devoción al señor del triunfo por parte de los pobladores de Cañete”, luego de tener clara la pregunta de investigación, procedemos a realizar o definir una estrategia de investigación. El tipo o estilo de observación que acordamos al inicio fue una observación estructurada en donde habían una serie de aspectos por analizar, tales como la conducta de los pobladores hacia la imagen del Señor del triunfo, la relación entre los pobladores en la capilla, etc; sin embargo, cuando llegamos a la capilla no había ninguna persona, ya que las misas que se hacen con fechas especificas y/o solicitadas por los pobladores de Cañete. Por ese motivo no hemos podido hacer una observación masiva de los pobladores, y nos hemos visto obligados a llevar a cabo una observación del terreno de investigación (la capilla), prestando especial atención al contexto de la observación.


En cuanto al tipo de registro y la distribución y ubicación de los miembros del equipo fue de la siguiente manera:


Fotografía: Maricielo Benavides y Biviana Chauchi
Inspección del territorio y toma de apuntes: Franklin Sánchez y Fiorella Conto

Contexto de la observación














Lado izquierdo de la capilla Frontis central de la capilla Lado derecho de la capilla

Descripción de sujetos de observación
Domingo 02 de Mayo; enrumbamos hacia cañete, específicamente hacia la intersección de dos pueblos: Apotara y Zúñiga, guiados por una señora (familiar de uno de los integrante de nuestro grupo) que casualmente se dirigía a visitar al Señor del Triunfo ese día. Al llegar a Cañete a las 11:00 am, una combi por 5 soles, nos llevó hacia nuestro destino final. Fue una hora desde Cañete hasta Apotara, donde almorzamos, y después fueron 10 minutos de caminata por la carretera rodeada de cultivos de uva y de caña brava hasta que milagrosamente pasó una mototaxi que nos llevó a la capilla del Señor del triunfo.



Al llegar, nos topamos con una desolante situación: la capilla estaba cerrada y no había nadie en el lugar. Ni siquiera pasaban carros por la carretera (por eso dije que milagrosamente encontramos una mototaxi; ya se imaginarán la angustia para regresar) y menos habían personas transitando.



La capilla se encontraba en medio de grandes hectáreas de cultivo y no había más que una pequeña cabaña alfrente de esta. Por suerte, la señora que nos guió hacia el lugar, sabía que en esa pequeña cabaña se encontraba la persona encargada de cuidar y mantener en “buenas condiciones” la capilla. De este modo pudimos acceder a la pequeña capilla y observar el lugar. Nosotros esperábamos observar una misa, ya que era domingo, o alguna manifestación masiva de los pobladores de Apotara y Zúñiga; pero solo quedamos limitados a observar a la señora, al cuidador, y a un niño pariente del cuidador. La señora era oriunda del pueblo de Zúñiga, pero nos contó que radicaba en Lima, y esto se notaba por su vestimenta y en general su imagen. El cuidador y el niño vestían prendas más sencillas y un poco sucias, por lo cual se notaba claramente que eran pobladores del lugar.



Notamos que la señora era una fiel devota, pues ni bien entró en la capilla se inclinó ante la imagen del Señor del triunfo representada en una escultura de éste; pasó casi 20 minutos orando y seguramente pidiéndole al Señor alguna petición. En cambio, el cuidador entró a la capilla y salió sin hacer algún acto de reverencia, ni siquiera una persinada; y el niño que parecía no tener conocimiento alguno sobre el Señor del triunfo.
Observando detalladamente la escultura del señor del triunfo, nos percatamos que estaba sobre una especie de trono de madera, por lo que supusimos que salían procesión con esta escultura. Esta idea se fortificó cuando encontramos un estandárte del Señor del triunfo y otros objetos que se utilizan en las procesiones.



Por último, si bien es cierto la capilla mantiene un buen aspecto (se nota que la limpian y la cuidan), no reúne las dimensiones de una capilla que es tan importante para algún pueblo; además nos percatamos que habían algunos daños en la capilla como lunas rotas y estragos del terremoto del 2007. A esta situación se le unió una conversación que pudimos presenciar entre la señora devota y el cuidador, en donde éste le rinde cuentas a la señora de los recibos de luz, agua y lo gastado para mantener en buen estado la capilla.

Todo esto nos planteó la posibilidad de pensar que esta capilla no era responsabilidad de todos lo pobladores de Apotara y Zúñiga, sino solo de un pequeño grupo de personas.
De esta manera, a las 4:00 pm, un poco fastidiados por no haber presenciado una misa o algo por estilo, pero satisfechos haber hecho un buen trabajo regresamos a Lima.



Otras observaciones

El camino hacia el pueblo de Apotara es terroso y de difícil acceso.

Como en toda provincia el transporte mas conocido es la mototaxi.


El calor es abrumante.

Todavía existen secuelas del terremoto de Pisco en algunas pocas construcciones.

El único lugar turístico que esta cerca es Lunahuana.

En el trayecto hacia la capilla se puede observar el río y paisajes naturales hermosos.







martes, 20 de abril de 2010

Una fuerte devoción

Era 1900 cuando los pobladores de Apotara (pueblito de Cañete), se dieron cuenta de que sus cosechas eran arruinadas por los violentos, repentinos y concurrentes huaycos, que atravezaban sus campos. Ellos decidieron hacer una junta en donde se acordo ofrecerle algo a Dios a cambio de que Él detenga los huaycos. De este modo nació la idea de crear la capilla del "Señor del Triunfo". Un lugar sagrado en donde los pobladores puedan sentir que sus plegarias son escuchadas, el nombre solo simboliza lo que ellos necesitaban: una entidad que triunfe ante toda amenaza.
Funcionó. Desde la construcción de la pequeña capilla celeste que decora y destaca ante el fondo tierra los huaycos han sido mínimos y serenos. La capilla fué construida en el mismo lugar en donde estos concurrían.

Apariciones?

Hace poco, dentro de el plan de obras de algún mandatario de Cañete, tenía que realizarce la construcción de pistas en el pueblito de Apotara. Los constructores planeaban derrumbar parte de la capilla del "Señor del Triunfo" para hacer una pista más amplia, pero, se cuenta, que uno de los constructores soñó con El Señor del Triunfo diciéndole que respete la capilla que los pobladores hicieron. La capilla no sufrió cambio alguno.



Todos los apotarinos son fieles devotos del Señor del Triunfo.